Últimas noticias

POR: Francisco Arenas Murillo

ADEMÁS DE LA GRAN CANTIDAD DE PERSONAS QUE SE HAN REGISTRADO PARA UN CARGO DE ELECCIÓN POPULAR, EN MORENA algunos personajes mantienen una operación grupal con el afán de convertirse en factor de decisión en ese movimiento político.
Y lo hace a pesar de que ya existe una figura en donde se supone deben aglutinarse intereses y objetivos, y es en la persona de Alfonso Durazo, como precandidato al gobierno del Estado, en donde deben confluir todos los esfuerzos de los morenistas.
Pero hay quienes no lo han entendido así, y por el contrario intentan operar de tal manera que lo único que consiguen es: generar malestar entre los grupos internos que componen la estructura de Morena y, lo más grave, molestia, mucha molestia entre los que toman decisiones en esa organización política en el plano nacional.
El caso de la diputada federal Wendy Briseño es interesante porque desde Palacio Nacional le han enviado ya varios mensajes a través de espacios de opinión y trascendidos en medios nacionales, en donde le reclaman su actuación como lideresa de una corriente importante en la cámara baja y en la estructura femenil del movimiento guinda.
Ya anteriormente, le habían reclamado su actuación en las sesiones del legislativo federal, en donde rechazó algunas propuestas planteadas por el presidente de la República a través de la dirigencia de Morena o de la coordinación de la cámara baja.
Ella no lo entendió así y empoderada con y por su presencia e influencia dentro de movimiento feminista a nivel nacional, se convirtió en una voz sonora pero divergente contra disposiciones presidenciales.
Ella lo supo porque hubo momentos de tensión cuando le hicieron saber la incomodidad generada entre el círculo cercano al presidente de la República.
También le hicieron saber en su momento que la forma cómo estaba desarrollando su estrategia de reposicionamiento en Sonora para trazar una ruta primero para construir la candidatura a la presidencia municipal de Hermosillo y/o en su caso, la eventual reelección como diputada federal.
El mensaje más reciente fue cuando encabezó un movimiento de legisladoras y senadoras de Morena para exigir le retirasen a Félix Salgado Macedonio la oportunidad de convertirse en candidato al gobierno de Guerrero.
Ella junto con Lorena Villavicencio y Laura Imelda Pérez presentaron un punto de acuerdo en la cámara baja para solicitar a la Fiscalía de Guerrero una exhaustiva investigación en el caso relacionado con Félix Salgado.
Asunto que, por cierto, no se ha movido, o más bien ha sido congelado por la Comisión Permanente del Congreso de la Unión y quizá no pasará de ese espacio.
Ahora, en Sonora, la diputada Wendy Briceño mantiene un activismo desbordado en el proceso preelectoral, y en el mismo partido guinda ya detectaron que se ha encargado de intentar evitar la reelección de Célida López en la presidencia municipal de Hermosillo.
El caso más reciente es cuando uno de sus principales operadores, Guillermo Díaz fue descubierto dialogando con Norberto Barraza, aislados en el estacionamiento de un centro comercial.
Se supo después que Guillermo Díaz, quien por cierto trabajó en el ayuntamiento hermosillense como director de asuntos políticos y responsable de la estructura electoral de Alfonso Durazo en la capital sonorense, trataba de convencer a su excompañero Barraza de registrarse como precandidato a la alcaldía hermosillense.
La estrategia llegó hasta la dirigencia nacional de Morena, en donde definitivamente descartaron la posibilidad de que el ex director de servicios públicos de Hermosillo pueda tener una sola oportunidad de participar en este proceso preelectoral.
Seguramente Wendy Briceño se mantendrá en la estructura de la precampaña de Alfonso Durazo como responsable del tema de estructura territorial.
Pero esa posición no le garantiza nada.
La diputada es una figura muy preparada académicamente, pero eso no la convierte de facto en una experta en el sistema político mexicano que opera igual que otros sistemas políticos en el mundo: con reglas que se deben respetar.
Y en Morena, como en cualquier otro partido político, la indisciplina no es bien vista y mucho menos tolerada.
La forma es fondo.
A ver.

PUBLICIDAD

PUBLICIDAD